El Milagro Llamado Mateo
La vida nos pone a menudo a prueba, y ayer jueves, 12 de septiembre, la prueba fue para Mateo, un niño de solo 6 años de Pérez Zeledón. En una tragedia que parecía no tener solución, el vehículo en el que viajaba Mateo con su madre se precipitó por un barranco en una montaña densa. La madre, en un acto de amor y valentía, perdió la vida en el accidente, dejando a Mateo solo en un entorno que parecía implacable.
La comunidad se unió en una búsqueda desesperada, donde amor, esperanza y llanto se entrelazaron. Durante 17 largas horas, rescatistas y vecinos enfrentaron el terreno implacable, mientras el miedo y la incertidumbre creaban un manto de tristeza sobre el pueblo. La presencia de un tigre, que según algunos testimonios acechaba la zona, añadía una capa de misterio: ¿estaba allí para proteger al pequeño o para amenazarlo?
La noche trajo consigo un silencio que parecía inquebrantable, mientras la montaña parecía devorar las esperanzas de encontrar a Mateo. Sin embargo, en medio de la oscuridad, el amor de una comunidad unida por la esperanza seguía brillando.
Con el primer rayo de sol, un bombero rescatista logró divisar a Mateo. El niño, en una postura fetal, dormía plácidamente entre la vegetación. La imagen de Mateo, dormido en medio de una montaña tan inhóspita, se convirtió en un símbolo de felicidad y alivio. El niño había sobrevivido a temperaturas heladas y peligros desconocidos, acurrucado en el abrazo de una naturaleza que, aunque hostil, también parecía guardar un rincón de protección.
Lo que ocurrió en la oscuridad de la noche es un enigma que nunca sabremos con certeza. Sin embargo, hoy el pueblo de Pérez Zeledón celebra con lágrimas de alegría y una profunda gratitud. Mateo está vivo, un testimonio de fortaleza y un verdadero milagro en medio de la adversidad.